En los últimos años el concepto transformación se ha impuesto entre las demandas y expectativas de nuestros clientes. Si hasta hace años la transformación de un edificio era fruto de la necesidad y por tanto se producía a posteriori, con motivo de un cambio de uso, o una adaptación a distintas formar de trabajar o habitar, ahora la capacidad de transformación es algo ya incluido en el programa de necesidades del que partimos.

Escenografía y arquitectura, dos oficios que trabajan con y en el espacio, se van aproximando cada vez más. En este contexto, los edificios se diseñan como dos partes, contenedor y contenido, escenario y escena, y no sé si en esta división estamos perdiendo algo.

La escenografía tiene la capacidad de ser reproducida mediante adaptaciones sutiles a distintos escenarios, la semana pasada se estrenó en Madrid Panorama desde el Puente, después de muchos meses de representación en otros lugares. No sabemos cómo es el escenario anterior pero por las imágenes publicadas, la escena de los Teatros del Canal se parece mucho a la del Romea de Barcelona, o la del Cuyás de Canarias.

El teatro parte de unas reglas aceptadas por el espectador, en las que la escena hace olvidar el contexto, la temporalidad, y el contenedor durante el tiempo que dura la representación. Sin embargo en la arquitectura el tiempo no está tan acotado, y la separación cada vez mayor entre el exterior que los anglosajones llaman “building masses”, y los interiores, hasta el punto de ser encargados a distintos profesionales, da lugar en ocasiones a edificios fallidos.

En fin, para poder seguir reflexionando sobre este tema nos proponemos ir más al teatro y continuar explorando los escenarios y las escenas, aquí van tres sugerencias para las próximas semanas:
La Isla del Tesoro en Conde Duque, El Cartógrafo en El Matadero y Panorama desde el Puente en los Teatros del Canal, las tres en Madrid.